Se cumplen este 24 de agosto 106 años del nacimiento de Bartolomé Maximiliano Moré Gutiérrez, el célebre Benny Moré, símbolo y referente de la cultura cubana.

Reconocido como el Bárbaro del Ritmo, es una figura icónica en la historia de la música cubana y su influencia ha trascendido generaciones.

Revolucionó la escena musical latina con su canto y su magnífico sentido de la música. Sus improvisaciones al cantar, su prolífica composición y su «Banda Gigante», lo convirtieron en uno de los grandes de la música latina.

Benny Moré no era un músico muy educado, ya que fue autodidáctico. Esto era común en aquellos tiempos en Cuba. Por ejemplo, el maestro cubano del Son Montuno, Arsenio Rodríguez, contemporáneo de Benny Moré, aprendió a tocar el tres cubano mayormente por sí mismo.

Su carrera profesional comenzó tras haber perdido en un concurso de canto de un programa radial cubano. Supongo que podríamos considerarlo como la primera versión de «American Idol«. Determinado, decidió volver a competir, consiguiendo ganar en esa ocasión. A partir de ahí, Benny empezó a cantar y grabar con varios grupos.

Su gran oportunidad llegó cuando Miguel Matamoros, fundador del famoso «Trío Matamoros», no pudo cantar una noche y pidió a Benny que le sustituyera. A partir de ahí, Benny Moré se convirtió en el cantante principal del grupo, y Miguel Matamoros se quedó como líder del grupo.

Benny Moré era un cantante versátil. Podía cantar Son, Son Montuno, Guaguancó, Rumba, y muchos otros ritmos de música latina, incluyendo Boleros. Pero una de las cualidades más importantes que le distinguían como cantante era su capacidad de improvisación. Benny Moré podía improvisar en casi cualquier ocasión.

FOTO: Sitio Web La Jiribilla


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