Luego de finalizada la soberanía española sobre la Mayor de las Antillas a fines de 1898 con la firma del Tratado de París y con el decursar de la ocupación estadounidense en Cuba, la municipalidad holguinera esperaba la instalación de su primera administración gubernamental en el siglo XX bajo el estatus republicano.

Así las cosas, el 22 de abril de 1902 llegó a Holguín procedente de Gibara, - tras haber arribado de los Estados Unidos de América -, el primer Presidente de la República cubana Tomás Estrada Palma, un mes previo a su toma de posesión como principal exponente del poder ejecutivo en el país. Acompañaba a Estrada Palma el destacado revolucionario y testigo presencial de los últimos días del General Calixto García Iñiguez, Manuel de Quesada.

Los efectivos militares estadounidenses de ocupación al mando del Capitán Míster Flemming y de la Guardia Rural a las ordenes del Teniente Cristino García le rindieron honores militares a la distinguida comitiva.

Después de un banquete que se les ofreció en los altos del emblemático edifico La Periquera, donde Estrada Palma habló desde su histórico balcón central, de una festividad en la Sociedad El Liceo y otros actos más, el Presidente electo de Cuba se despidió de la ciudad de Holguín en viaje hacia Bayamo, acompañándolo hasta el río El Pasón los holguineros Leonardo Betancourt, Constantino Barriuso, Wenceslao Infante, Juan Calderón, Salvador Torralbas y Juan de la Cruz.

Justamente, alrededor de cuatro semanas después del tránsito por tierras nororientales del primer presidente de la Cuba republicana, el 20 de mayo de 1902 se vivió de manera muy especial en la ciudad de Holguín. Las emociones de los independentistas se encontraban a flor de piel. El discurso pronunciado por José Pepe Torres en el histórico balcón de La Periquera constituyó un ejemplo fehaciente de ello.

En aquél lugar, en el mismo instante de arriarse la bandera de los Estados Unidos, la cual había sido izada el día 10 de noviembre de 1898 en sustitución de la española, para a su vez ser colocada la cubana, el patriota Pepe Torres, nacido en 1872 y muerto en 1908 pronunció un bellísimo y enérgico discurso que provocó la emoción de la gran concurrencia reunida en el Parque Calixto García, antigua Plaza de Isabel II.

Pepe Torres relató de manera muy encomiástica los sufrimientos y avatares de los hijos de esta porción nororiental de la Mayor de las Antillas; asimismo se refirió al coraje de los insurrectos cubanos y la abnegación de las féminas incorporadas a la causa independentista, de la gran fe del pueblo en la victoria final, ya alcanzada a costa de miles de sacrificios y lágrimas. Cuentan los testigos allí presentes que Pepe Torres sacó del bolsillo un pañuelo blanco, se enjugó las lágrimas que nublaban su vista y dejó caer aquel depositario de su emoción entre las capas populares allí reunidas, que prorrumpió en un estruendoso ¡Viva Cuba Libre!.

Fuentes Consultadas:

01. Albanés Martínez, Juan: Historia breve de la ciudad de Holguín, Holguín, Editorial Eco, 1947
02. Edición Monumental del periódico Norte. Agosto de 1958
03. García Castañeda, José Agustín: La municipalidad holguinera; comentarios históricos (1898- 1955), Manzanillo, Imprenta Hermanos Legrá, 1955