Les cuento que las imágenes radiográficas de manera general no se le indican a un paciente por mero capricho, sino que son el fruto de algo más complejo; vamos al detalle.

El interrogatorio y el examen físico son pilares fundamentales en la planificación radiográfica maxilofacial, ya que permiten obtener información clínica esencial que guía la indicación y el tipo de estudio radiográfico a realizar. Este proceso conjunto asegura un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado para el paciente.

El interrogatorio es la primera etapa en la evaluación del paciente. Mediante preguntas detalladas sobre antecedentes médicos, síntomas, molestias y hábitos, el odontólogo o especialista puede identificar signos y factores de riesgo que orientan hacia posibles patologías maxilofaciales. Esta información clínica es vital para decidir qué tipo de radiografía es la más adecuada, ya sea una radiografía periapical, panorámica o una tomografía computarizada que ofrecen distintas visiones y niveles de detalle de la anatomía maxilofacial.

Además, el interrogatorio permite conocer antecedentes que podrían contraindicar ciertos estudios radiográficos o requerir precauciones especiales, como embarazo o alergias, lo que es clave para proteger la salud del paciente y cumplir con las normas éticas y legales en radiología.
Rol del examen físico en la planificación radiográfica.

El examen físico complementa al interrogatorio y aporta signos objetivos que ayudan a confirmar o descartar hipótesis clínicas. En la región maxilofacial, la inspección visual y la palpación permiten detectar asimetrías, inflamaciones, masas, movilidad anormal o alteraciones en la función mandibular, que pueden pasar desapercibidas sin un examen minucioso.

Este examen físico orienta sobre la extensión y localización de las posibles lesiones, lo que es fundamental para seleccionar el campo y tipo de radiografía que mejor permita visualizar la zona afectada. Por ejemplo, una lesión localizada puede requerir una radiografía periapical, mientras que una sospecha de afectación ósea extensa o de múltiples estructuras puede justificar una panorámica o tomografía.

Integración del interrogatorio y examen físico para un diagnóstico radiográfico acertado. La correcta integración del interrogatorio y el examen físico permite al clínico solicitar exámenes radiográficos con un propósito claro y bien definido. Esto evita exposiciones innecesarias a radiación y mejora la calidad diagnóstica, ya que el técnico y el especialista en radiología maxilofacial pueden enfocar la toma y análisis de imágenes en las áreas de interés, reconociendo variaciones anatómicas normales y posibles patologías.

Además, esta planificación cuidadosa es clave para cumplir con los principios de protección radiológica y las normativas legales vigentes, minimizando riesgos para el paciente y responsabilidades para el profesional.

A manera de resumen le puedo decir que el interrogatorio y el examen físico son herramientas clínicas esenciales que fundamentan la planificación radiográfica maxilofacial. Juntos, permiten obtener un diagnóstico más preciso, optimizar el uso de técnicas radiológicas y asegurar un tratamiento adecuado y seguro para el paciente. La sinergia entre estos métodos clínicos y la radiología es indispensable para el éxito en la atención estomatológica y maxilofacial.

Esta visión integral facilita que el profesional no solo interprete correctamente las imágenes, sino que también comprenda el contexto clínico del paciente, mejorando la calidad del diagnóstico y la eficacia terapéutica.

FOTO: (institutodentallebron.com)

 


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