Una vez más llegan los festejos por el fin de año. Algunos opinan que el tiempo transcurre más rápido, pero los calendarios continúan mostrando 365 días.

En una fecha como esta no faltan las creencias religiosas o afrocubanas, como por ejemplo, esperar el año nuevo con alguna prenda de color rojo para llamar a la buena suerte. Otros prefieren echar un jarro o balde de agua para la calle al llegar las doce de la noche para que se vaya lo malo. Y también aparecen los que les gusta presumir, esperan la fecha para estrenarse algún atuendo. 

Además existe una costumbre muy popular, al llegar la medianoche, salir con una maleta para atraer la posibilidad de viajar, no importa el país o lugar. Otra tradición es comer doce uvas al llegar las 12 de la noche. 

En Cuba la manera tradicional de despedir el último día del almanaque y celebrar el año nuevo, sigue siendo comer un pedazo de cerdo asado, ensaladas de tomate y lechuga, arroz congrí, yuca o plátano hervido, todo esto acompañado de varias cervezas o una buena botella de ron. Nada de lujos y refinamientos, pero sí con mucho entusiasmo.

En varias partes del mundo, aunque las personas exhiban una economía modesta, no faltan las copas, botellas de champán, las mujeres con vestidos elegantes, en fin, otras costumbres.

Aquí la gente estila sentarse alrededor del cerdo que se va asando atravesado por una vara de madera, sin importar el humo que pueda quedar en la ropa, tomar ron en vasos, o a pico de botella, bailar, pasear, visitar a los amigos con ropa sencilla, típica del trópico. En fin, que sin grandes escenarios también se sabe festejar.

Los que no tienen la posibilidad del cerdo asado en púa, también celebran. Algunos prefieren comprar solo el pedazo de carne que se van a comer en familia. Pero aun los que no pueden tener en sus mesas el menú tradicional cubano, suelen recibir de vecinos, amigos, un hermoso gesto de bondad y solidaridad que nos caracteriza.

También aparece la gentileza de acordarse de otros que por sus trabajos están fuera de casa. Siempre se tiene presente los que cumplen con su labor en hospitales y otros centros de servicio.

Pero volviendo a la mesa del cubano, no importa que digan que la carne de cerdo no sea la mejor dieta, de todos modos se prefiere. A la hora de repartir no faltan la diversidad de gustos, algunos por probar los pellejitos, otros por agarrar las orejas y no falta los que se pelean por la colita del cerdo. Pero como para gusto se han hecho los colores, muchas familias deciden comer en restaurantes y darle la bienvenida al año nuevo en la calle.

El fin de año en Cuba tal vez no sea de los más coloridos y refinados del mundo, pero se ha mantenido con nuestras propias costumbres y tradiciones, en medio de la familiaridad del cubano.

FOTOS: Tomadas de Internet


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