El programa educativo de los maestros ambulatorios beneficia en la provincia de Holguín a más de 100 niños con discapacidades severas residentes en zonas rurales, como parte de los planes sociales de la enseñanza Especial impulsados por la Revolución cubana.
Yamila Garrido, metodóloga a instancia provincial, indicó que esta modalidad es un ejemplo de inclusión en la mayor de las Antillas y permite a infantes en edad escolar recibir las clases en lugares montañosos o de difícil acceso.
Señaló que estos estudiantes, diagnosticados en su mayoría con padecimientos limitantes en la marcha, tienen dificultades para trasladarse hacia los centros educacionales, por lo cual reciben la enseñanza a través de este programa.
Fundamentó que se adaptan además los currículos a las características de cada educando, y posibilitan el aprendizaje de un oficio o el tránsito hacia la formación general, en dependencia de las capacidades individuales.
La metodóloga explicó que los infantes enfrentan además dificultades con las sillas de ruedas, debido a las restricciones impuestas por el bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos contra Cuba para la adquisición de estos medios.
En el oriental territorio, precisó Garrido, existen 25 centros dedicados a la atención de niños con discapacidades intelectuales, auditivas, motoras y visuales, los cuales disponen de proyectos integrales encaminadas a facilitar la incorporación a la vida económica y social.
La educación Especial en el país se afianza como una de las conquistas de la Revolución de mayor impacto en la preservación de los derechos de la niñez y tiene entre sus objetivos propiciar una formación tan completa como el estudiante sea capaz de asimilar para su integración a la sociedad.
Antes del triunfo de la Revolución, en Cuba existían solamente ocho planteles con 20 docentes que atendían a 100 niños y en la actualidad hay 344 escuelas de ese tipo, con más de 32 mil alumnos y 14 mil profesores.