Con toda seguridad usted ha visto en un familiar suyo, o del vecino y hasta quizás en su cuerpo, una o varias manchas rojas, que varían de tamaño, cantidad y localización. Las que trato hoy se pueden encontrar en el cuello, cara y boca; me refiero al hemangioma. 

Los hemangiomas son tumores benignos formados por una proliferación anormal de los vasos sanguíneos. Son comunes en la infancia y pueden aparecer en diversas partes del cuerpo, incluyendo la cabeza y el cuello.

Existen diferentes tipos de ellos:

- Hemangiomas infantiles, son los más comunes y suelen aparecer en recién nacidos, especialmente en el cuero cabelludo, la cara y el cuello, estos se caracterizan por un crecimiento rápido durante los primeros meses de vida, seguido de una fase de involución que puede durar varios años.

- Hemangiomas cavernosos, son más profundos y están compuestos por espacios vasculares dilatados, pueden ser más difíciles de tratar y pueden causar complicaciones dependiendo de su localización.

- Hemangiomas planos (Malformaciones vasculares), son manchas de color rojo o púrpura que no crecen de la misma manera que los hemangiomas infantiles, pueden estar presentes al nacer y no suelen involucionar.

Generalmente son asintomáticos, su aspecto es como el de unas manchas rojas o moradas, elevadas o planas. Pueden causar problemas funcionales o estéticos si están ubicados en zonas cerca de los ojos, la boca o las vías respiratorias. Lógicamente que pueden presentarse complicaciones; en algunos casos ulcerarse o sangrar, especialmente si están localizados en áreas propensas a traumas, por ejemplo, los ubicados en el labio, carrillo o lengua si se lesionan por mordedura, trauma al cepillado, golpes en riñas callejeras, etc, producen sangramientos importantes y ulceraciones.

Su diagnóstico generalmente se realiza a través de un interrogatorio al paciente, en su defecto, por la poca edad, se pregunta a los padres del niño, muy importante es la  evaluación clínica. En algunos casos, se pueden utilizar estudios de imagen como ecografías, resonancias magnéticas o tomografías computarizadas para evaluar la extensión del hemangioma y su relación con estructuras vecinas.

El tratamiento será, la observación; muchos hemangiomas infantiles no requieren tratamiento y se resuelven por sí solos. Los medicamentos se utilizan en casos más complicados, se pueden usar farmacos como el propranolol, el aetoxisclerol que han demostrado ser bastante  efectivos en la reducción del tamaño de los hemangiomas. Los abordajes quirúrgicos son propios de pacientes donde los hemangiomas causan problemas funcionales o estéticos significativos.

Para finalizar diría que los hemangiomas de cabeza y cuello son condiciones comunes en la infancia que generalmente son benignas y pueden resolverse sin intervención en un número considerable. No obstante, es importante realizar un seguimiento adecuado para evaluar su evolución y determinar si se requiere tratamiento. Siempre es recomendable consultar a un Especialista para obtener un diagnóstico y tratamiento adecuados.

FOTO: Archivo sitios médicos


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