En un nuevo encuentro del presidente de Cuba con expertos y científicos asociados a temas de Salud, se analizaron ideas y acciones para la atención y el cuidado de los más pequeños, quienes se encuentran entre la población más vulnerable.

Con la mirada puesta en los niños, quienes enfrentan en la actualidad uno de los mayores riesgos ante el avance de los contagios por el virus de Chikungunya en Cuba, expertos y científicos asociados al sector de la Salud compartieron en la tarde de este miércoles con el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, ideas y acciones trascendentales para la atención y el cuidado de la población pediátrica.

Durante la reunión, que tuvo lugar en la tarde de este miércoles, y donde estuvo presente el miembro del Buró Político y Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz, se detallaron testimonios clínicos y evidencias científicas recientes de importancia para actualizar y delinear estrategias que permitan estar mejor preparados para proteger a los menores ante el virus.

Mientras el Chikungunya reconfigura los mapas epidemiológicos de la región y coloca a la infancia en una zona de mayor vulnerabilidad, desde el Sistema Nacional de Salud se continúan realizando múltiples estudios que permiten, entre otros elementos, tener una visión más completa del comportamiento de la enfermedad en cada etapa y así estar en mejores condiciones de tratarla.

De ahí la insistencia del Presidente Díaz-Canel en priorizar las acciones preventivas y de control para disminuir los casos provocados por la epidemia, la cual debemos enfrentar cada vez con mayor inteligencia y efectividad.

Al respecto, la doctora Tania Roing Álvarez, jefa del Grupo Nacional de Neonatología, explicó que como parte de la caracterización clínica del Chikungunya realizada en el país, el primer paso fue una amplia revisión sobre la temática a nivel internacional, pues en Cuba no existían antecedentes de la enfermedad. Ello permitió confirmar, entre otros elementos, que la transmisión puede ser vertical (de madre a niño) o por picadura de mosquitos; que es alto el riesgo de transmisión a la descendencia si la madre se encuentra en periodo de viremia en el parto, así como que la enfermedad puede ser grave en los neonatos.

Las manifestaciones clínicas, tanto en el mundo como en Cuba, refirió, se ha demostrado que son diversas, y aunque la menos grave puede ser la fiebre, también pueden llegar a producirse otras más complicadas como las alteraciones neurológicas, dermatológicas, respiratorias, hematológicas, cardiovasculares y gastrointestinales.

De ahí su insistencia en la afectación orgánica que puede ocasionar el virus en los neonatos, con peligro real para su vida, al ser un grupo poblacional muy vulnerable.

Como respaldo a sus valoraciones, la pediatra infectóloga Ileana Álvarez Lam comentó que se ha trazado una estrategia para el enfrentamiento a la enfermedad dividida en tres etapas: identificación de las principales manifestaciones clínicas en grupos de edades; reconocimiento de los signos de alarma de la enfermedad, y diseño del algoritmo para la atención del paciente pediátrico.

En todo ello, aseguró, ha sido de mucha utilidad la experiencia de los médicos que han estado en la primera línea de enfrentamiento en la atención a los infantes, sobre todo de los menores de tres meses que son los de mayor riesgo.

En sus palabras también quedó el llamado a las familias para estar alertas ante la presencia de signos de alarma que no pueden ser ignorados, entre los cuales destacó, irritabilidad, somnolencia, cambio en las características de las deposiciones, indiferencia a la alimentación y distensión abdominal.

Teniendo en cuenta la vulnerabilidad de la población pediátrica ante la enfermedad y la magnitud de las complejidades, la doctora Yagen Pomares, directora nacional de Atención Primaria de Salud del Ministerio de Salud Pública, aseguró que constantemente se están definiendo y actualizando en el Sistema Nacional de Salud acciones que permitan una atención cada vez más oportuna.

Con especial énfasis se refirió al trabajo que se realiza para garantizar entornos y viviendas seguras allí donde se encuentren gestantes, puérperas, recién nacidos y lactantes; el ingreso en hogares maternos de gestantes a partir de las 37 semanas y la aplicación de un ciclo de Biomodulina T; el seguimiento diario a todos los neonatos y puérperas que se encuentran en la comunidad, así como la discusión y evaluación constante del cumplimiento de los protocolos establecidos, por parte de grupos de expertos nacionales que recorren todas las provincias del país.

Y en medio del complejo escenario epidemiológico que vive la nación, así como se hizo en el transcurso del enfrentamiento a la pandemia de la COVID-19, en el encuentro de este miércoles el doctor Raúl Guinovart Díaz, decano de la Facultad de Matemática y Computación de la Universidad de La Habana, compartió elementos sobre los modelos matemáticos aplicados para interpretar el comportamiento de las arbovirosis durante el 2025 en Cuba.

“Los modelos, que tienen en cuenta la interacción entre los focos y las personas enfermas, a partir del análisis de datos proporcionados por el Ministerio de Salud Pública, coinciden con todo lo que está sucediendo”, aseveró.

En estos momentos, dijo, vivimos un pico de la epidemia y un crecimiento de las arbovirosis, lo cual requiere de un refuerzo de las medidas de control antivectorial en cada escenario donde sea posible.

FOTOS: Estudios Revolución


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